A la hora de elegir un hosting para alojar nuestra web, muchas veces optamos por la solución más inmediata y / o económica. Esto es debido a que no somos conscientes de la importancia que tiene dicha elección, simplemente pensamos que una vez colgada la web ya esta todo hecho. Ponemos la dirección y sale nuestra web.
Sin embargo, salvo contadas excepciones, este tipo de hostings a la larga nos dará problemas. Los hostings “baratos” usan servidores compartidos donde los recursos se reparten entre decenas (o centenares) de usuarios. Esto conlleva una serie de problemas:
- Excesivos usuarios en nuestra máquina: Si nuestro servidor es compartido por otras 100 webs y los recursos no están correctamente dimensionados nuestra página podría tardar varios segundos en cargarse (he visto casos de hasta 30 segundos de carga por página), o peor aún, dar errores por superar el número máximo de conexiones simultáneas. Este tipo de cosas provocan que nuestros usuarios abandonen nuestra web por ser incómoda de navegar, por no hablar de las penalizaciones que Google aplica a las webs lentas y con errores.
- Posibilidad de contagio de mala reputación: Puesto que vamos a compartir IP con muchas otras webs, si alguna de ellas publica contenido inapropiado (malware, software ilegal, granjas de enlaces…) o se dedican a enviar correo no deseado, es más que probable que tengamos problemas ya que nuestra IP terminará incluida en alguna lista negra. Por lo que muchos servidores rechazarán nuestros correos o los moverán directamente a la carpeta de spam y el posicionamiento de nuestra web se verá negativamente afectado.
- Mal servicio al usuario: Todo es cuestión de hacer cuentas. Si pagamos 30€ al año y en esto va incluido el dominio, recursos, tráfico, configuración, etc. no podemos esperar que un informático nos atienda al instante y nos de una solución rápida a nuestro problema cuando simplemente el tiempo que pierde leyendo nuestro mail y entendiéndolo vale más que lo que hemos pagado en un año si le restamos los costes. En su lugar deberemos ser nosotros quienes, a traves del panel de gestión, solucionemos nuestros problemas. Pero evidentemente no todos sabemos PHP, SQL o como crear correctamente un registro SPF o una firma DKIM para nuestro dominio. Y si por desgracia se produce una caída de un servicio, hasta que convenzamos al técnico de turno de que no es problema nuestro sino suyo, pueden pasar horas (o días).
Es por todo esto que debemos tomarnos un tiempo para, en primer lugar, saber qué necesitamos en cuanto a recursos, no sólo a corto plazo sino a medio, y en segundo lugar, elegir una empresa mínimamente seria con buena reputación. Una buena forma de saber esto es visitar sus perfiles en las redes sociales. La clásica empresa “barata” está plagada de quejas, insultos y, por supuesto, ninguna contestación por parte de ellos, ¡HAY QUE HUIR DE ESTE TIPO DE HOSTINGS!
Con esto no queremos decir que todos los hostings compartidos sean malos. Si están correctamente dimensionados y tienen un buen equipo técnico detrás son una opción más que aceptable. Tenemos el ejemplo de Dinahosting.
Sin embargo, si nuestra web va a ser algo más que una mera tarjeta de visita, conviene ir más allá y buscar una solución que combine rendimiento / personalización y fiabilidad. Tenemos básicamente dos alternativas:
- VPS: Se trata de un servidor virtual con una serie de recursos garantizados (potencia de procesamiento, RAM y espacio en disco). Esta solución tiene la ventaja de que al tener un mínimo de recursos que son sólo nuestros podemos tener mayor control sobre la velocidad de nuestra web y somos más inmunes a picos de carga de otros usuarios. También es fácil en un momento dado asignar más recursos a nuestra máquina si esta se nos ha quedado pequeña. La desventaja es que no tenemos control total sobre la configuración del servidor y el sistema operativo.
- Servidor Dedicado: Suele ser la solución más cara, pero un servidor dedicado nos permite hacer lo que queramos y como queramos. Podemos tener el sistema operativo con el que nos sintamos más cómodos (Linux, Windows, …), podemos tener las últimas versiones de Apache, PHP, MySQL (o MariaDB) sin esperar a que decidan actualizarlo los técnicos de nuestra empresa de hosting. Y si hay un problema tampoco tenemos que esperar a que un técnico (con mayor o menor idea/voluntad) nos lo solucione. La desventaja de un dedicado es que tenemos que tener un mínimo de conocimientos sobre cómo administrar servidores, aunque hay proveedores que ofrecen dedicados gestionados por ellos.
También es importante la ubicación de nuestra empresa de hosting, ya que si contratamos los servicios a una empresa americana vamos a tener ya de entrada una latencia de casi medio segundo en cada conexión. Puede no parecer mucho, pero hay que tener en cuenta que para cargar una página pueden realizarse desde 20 a más de 100 conexiones para cargar todos y cada uno de los elementos que la compone (imágenes, hojas de estilos, scripts, …) y muchos de esos elementos son llamados por otros, por lo que dicha latencia se va sumando una y otra vez en cada petición.
Una página web lenta es una página web incómoda de navegar, solo hay que pensar en lo mucho que nos alteramos cuando nuestro smartphone tarda varios segundos en hacer lo que le hemos pedido. Además de que la velocidad es uno de los factores que usa Google para posicionar las webs.
Otra cosa importante acerca de la ubicación del hosting es que si no geolocalizamos bien nuestra web podría darse el caso de que nuestra página esté saliendo en búsquedas realizadas en E.E.U.U. y apenas se muestre en España. Esto es debido a que Google cada vez da más importancia a la ubicación para mostrar unos resultados de búsqueda más adecuados para los usuarios. Si nuestra web está en un servidor de California, y no damos a Google ninguna otra pista, asumirá que nuestra web estará orientada a los californianos. Esto provocará un alto porcentaje de rebote en las personas que visiten nuestro sitio (puesto que no va orientado a ellas) y la consiguiente penalización en los resultados de búsqueda.
Por todo esto, es muy importante hacer la elección correcta, sobre todo cuando se está a tiempo, y no debemos ver el hosting como una necesidad sino como un aliado que trabajará con nosotros para sacar adelante nuestro proyecto.